Por mucho tiempo creí en algo que
no podía comprobar, la religión de mis padres, así que cuando conocí otra forma
de ver la vida aun sin comprobar nada de lo que escuchaba, algo dentro de mí me
decía que ese era el camino. Así durante largo tiempo creí, pero como quería contárselo
a todo el mundo decidí investigar más para poder explicarlo clara y
detalladamente, como siempre me ha gustado explicar todo. Así a mi vida llegó
tanta información en desorden que incluso en este camino deseché alguna
información que pensé estaba errada, sin embargo con el tiempo me di cuenta que
era una pieza del rompecabezas que aún no sabía dónde encajaba pero que me sirvió
más adelante.
Desde siempre me pregunté donde
empezaba el universo, pero no ahondaba en el tema porque le tenía pánico al
infinito (lea mi post anterior). No es casualidad que haya llegado a mis manos
información sobre el origen del universo cuando
ya no le tenía miedo.
Tuve un sueño hace meses, estaba
por llegar al borde del universo y cuando por fin vería que había me di cuenta
que daba la vuelta y comenzaba todo otra vez por debajo.
Encontré las 7 leyes hermenéuticas
tomadas el Kybalión: como es arriba es abajo, como es adentro es afuera. En un
curso de PNL conocí más a fondo la física cuántica: la energía no se crea ni se
destruye, solo se transforma. Aprendí a relajarme pintando mandalas (aunque en
un principio no sabía si servía de algo, ahora sé que sí), gracias a esos
dibujos descubrí que el objetivo siempre es llegar a nuestro centro. Incluso
llegué a involucrarme con una empresa de mercadeo en red, con ello aprendí que
las redes ayudarán a hacer que el mundo entero transforme la conciencia. Todo
lo que llega a nuestra vida son herramientas que nos servirán después.
Lo más interesante que he
comprendido hasta ahora es que el Universo es unidad y que para verse a sí
mismo requiere desdoblarse, así se crea la dualidad que hoy vivimos.
Necesitamos del positivo y del negativo para ser uno, para volver a nuestro
centro.
Me la pasé tanto tiempo rechazando,
por ejemplo, la religión, que no me di cuenta que mucha de la información que
requería estaba allí mismo, pero me la habían explicado mal.
Me la pasé tanto tiempo
rechazando a las personas opuestas a mi sin darme cuenta que ellas me mostraban
lo que yo no aceptaba de mí.
Me la pasé tanto tiempo queriendo
ser una persona distinta a la que era, cuando lo único que tenía que hacer era
amarme como soy, el Universo estaba esperando que actuara como yo y como nadie
más.
Y finalmente, cuando decimos que el
mundo da vueltas, no estamos alejados de la realidad. El símbolo del universo
es un toroide que pasa indefectiblemente por el lado derecho e izquierdo cruzando
siempre el centro, una y otra vez, una y otra vez. El objetivo es siempre tener
confianza en que regresaremos al centro así estemos en el lado más alejado del
negativo o del positivo, por eso está bien estar triste a veces, no rechacemos
esa emoción, simplemente abracemos nuestra tristeza porque pasará, el Universo
quiere que lo experimentes para unificarla con la felicidad y así encontrar el
justo medio.