viernes, 29 de diciembre de 2017

2018

Recuerdo que siempre decía: “En los años pares me va súper bien y en los años impares me suceden un par de cosas grandes muy buenas para mí”. Hoy que sé que somos creadores de nuestra realidad veo que siempre fue así porque lo decretaba.

Así mismo, acabo de revisar mi plan anual del 2017 y tiernamente me doy cuenta que por años quería tener todo bajo control, hacía planes, cuentas, etc. A principios de este año hice el plan pero me quedé en mayo, no lo continué. En ese tiempo no sabía lo que pasaría y al parecer mi subconsciente si lo sabía porque es raro que haya dejado el plan a medias. Siento que dejé abiertas todas las posibilidades, en ese momento lo dejé a Dios porque sentí que ya no podía. Fuertes cosas pasaron (por eso empecé este blog) y hoy miro con admiración todo lo que escribí.

Esto es cierto amigos, escribamos, dibujemos o peguemos figuras en nuestro mapa de sueños, eres tú mismo diciéndote lo que vas a hacer…y todo se acomoda. Si a todo esto le añades amor por ti, confianza en ti y seguridad en ti, te vas a sorprender.

Mientras las cosas estén pasando, confía en el proceso. Puede que pasen cosas que según tu juicio son malas, que no te convienen, pero debes confiar. Si durante ese tiempo te angustias solo vendrán más angustias. Atraemos lo que sentimos, no lo que decimos querer.  

Si dices que quieres una pareja pero en el fondo de tu corazón no te sientes merecedora de él, no va a llegar nadie. Lo mismo aplica si quieres salud o dinero.

El vivir confiando y en paz no significa que no habrán problemas sino que estarás en paz a pesar de los problemas. Recordemos algún momento de nuestra vida donde pensamos que no había salida ¿se solucionó? Claro que se solucionó, entonces confiemos.

Por otro lado, cuando te amas te das cuenta que no tienes que agradar a nadie para sentirte bien, entonces ya no te preocupará lo que piensen los demás (con el tiempo te darás cuenta que el otro no existe, siempre eres tú proyectado), recuerda siempre actuar con amor incondicional. Si se te olvida por un momento, no pasa nada, abrázate y continúa. 

Estado de conciencia: Navidad

Hoy mi esposo y yo nos levantamos alegres, listos para celebrar este día en familia, agradeciendo por todo lo que podemos dar, por nuestros hijos y porque el amor reina en nuestro hogar. Nuestros planes: comprar implementos para preparar la cena, arreglar la casa, poner luces, cocinar, repartir abrazos a la familia y en la noche…la sorpresa (ho,ho,ho)
La distinción que he hecho es que no me levanté así porque celebramos navidad sino porque así me levanto todos los días. Con esto quiero decir que hoy cobró sentido esa frase que escuchaba cada año por estas fechas: “La Navidad debe ser todo el año”. Bueno pues, la navidad si puede ser todo el año ya que se parece mucho a un estado de conciencia. Esa sensación de agradecimiento, de generosidad, de saludar a todos por la calle con una sonrisa, de regalarnos pequeños detalles que nos alegran el día, de decirnos palabras amorosas lo es todo.

Este diciembre fue diferente, sin expectativas, dejando que las cosas sucedan y agradeciendo todo lo que pasaba, porque así vivo mejor.

Hay momentos en que me gana el ego y me lanzo a decir cosas que me doy cuenta apenas cierro la boca. Me ha pasado en las reuniones familiares navideñas (este mes nos vemos más), disculpen por favor, lo estoy intentando, me felicito por eso.

Estas semanas he recibido llamadas de varias amistades, hemos conversado sobre cosas muy personales y me doy cuenta que al toque captan esto del espejo, del apego, del amor a si mismo y toman conciencia. Esto debe ser porque ahora yo estoy convencida de eso. Años atrás leía sobre el tema pero no lo tenía interiorizado y cuando lo hablada la gente me miraba raro o se burlaba.
También he terminado de leer el libro que me regaló mi amigo secreto y entendí que muchos han pasado por lo mismo que yo con esto de sentirse abrumado por todo lo que quieres hacer, por sentirse el dueño de la verdad una vez que conoces de estos temas, estar  avanzando y ante una caída sentir que la fregaste. Con amor todo esto lo supero día con día.

Feliz navidad amigos, gracias por leerme, gracias por darme palabras de ánimo por interno después de leer mis líneas. Si les hace cambiar la forma de ver la vida mi propósito se está cumpliendo. Vamos con el 2018 que será genial así como el 2019 y el 2020 y así y así.

Navidad

Durante muchos años he añorado las navidades  que vivía con mis papás. Extrañaba el ambiente familiar al cual sentía que pertenecía, todas las luces amarillas prendidas, recoger el pavo horneado a las 23:00 hrs, cenar entregando el primer plato a mi papá (así siempre ha sido) y a las 00:00 saludarnos con entusiasmo, prender las chispitas mariposas y ver a mi papá reventar cohetecillos.

El árbol siempre atestado de regalos y todos para mí. En mi adolescencia todos los regalos eran para mi sobrino Luis pero igual los sentía míos porque éramos cómplices.

Cuando tuve mi propia familia siempre quise recrear la misma escena pero no podía igualarla. Durante todo Diciembre vivía el ambiente navideño, arreglaba la casa, cantaba villancicos, compraba regalos, preparaba la cena pero cuando llegaba el 24 de diciembre nada era como esperaba. Siempre faltaba algo, no sabía que.

Me prometía que para la próxima navidad haría que funcione. Compraba más regalos, colocaba más arreglos, invitaba a más personas pero todo seguía igual. Era frustrante no llegar al culmen de la navidad.

Hasta que por fin decidí no buscar más la navidad. Recuerdo que me sinceré con una amiga a quien no le gustaba la navidad y yo me la pasaba todos los años animándola: “Tú me ves todos los años estar feliz desde el 1 de diciembre, participar de todos los eventos navideños pero cuando llega el 24 no soy feliz. Lo hago todo esperando sentir lo mismo que sentía en las navidades  con mi papá, pero no logro sentirlo, creo que lo que estoy buscado es sentirme parte de una familia, sentirme parte de algo”

Eso fue en el 2016 y hoy que estamos cerca de la navidad del 2017 soy consciente que estaba buscando la felicidad fuera de mí y por eso nunca la hallaba y que no valoraba a mi familia nuclear.
Este año armé el árbol de navidad sintiendo alegría por cada bola, cada estrella, cada lucecita, disfrutando el momento, tan diferente a otros años que lo armaba rápido porque pensaba que lo que importaba era el árbol terminado y nuevamente no lo gozaba.

Cuando llegue el 24 y falten 5 pa’ las 12 voy a cerrar los ojos y respirar el amor que siempre estuvo allí, que hoy desborda, disfrutaré el momento presente porque es lo único que existe, la navidad por fin regresó a mí. 

viernes, 1 de diciembre de 2017

Muchas cosas a la vez

¿Les dije que las personas que nos rodean son nuestros espejos? ¿Si verdad? Pues este fin de semana varios espejos me dijeron algo que no estaba viendo, me estaba estresando y no era consciente de ello.

En el ámbito laboral siempre me habían dado feed back pero el que recibí en un ambiente de transformación me abrió la mente. En otra época hubiera dicho “bah, tú que sabes” pero hoy por hoy soy la creadora de mi vida y si alguien me dice algo que me incomoda es porque lo estoy sintiendo dentro de mí y no lo estoy viendo con claridad.

Me dijeron que no estaba enfocada en lo que quería, que me iba por las ramas. Fue increíble. Yo me estaba sintiendo algo estresada porque no encontraba tiempo para mí. Quería hacer en 3 meses lo que no había hecho en 20 años y había colapsado y lo que es peor: ¡no me había dado cuenta!

Yo pensaba que ya me había definido: ser independiente, pero dentro de este campo quise hacer de todo y me faltaban horas en el día, tomaba energizantes naturales para mantenerme despierta y trabajar y trabajar con la excusa que era para mí y que lo hacía a la hora que quería.

Ese mismo día me deprimí, ¿que estoy haciendo? Pedí ayuda a mis amigos de vida pero me seguía sintiendo igual. Al día siguiente medité al despertar buscando respuestas y nada (he aprendido a meditar por las mañanas y es lo más hermoso que hago en el día. Quien diría, antes me parecía tan aburrido y tedioso). Conversé con mi esposo y BINGO, la repuesta llegó. Sentí que un peso se me quitaba de encima, sentí que el alma me regresaba, sentí paz.

Yo no era una esposa que solicitara la opinión de su esposo, he tomado mis decisiones sola y me he sentido bien haciéndolo, pero la vida me dice que este  hombre está a mi lado por algo y por primera vez sentí que sus palabras me llenaban, era lo que estaba buscando. Me dijo lo que tenía que hacer y sus palabras me sonaron a miel. Obviamente como todos somos uno y él es mi espejo: yo me estaba dando la respuesta pero quería escucharla en otro tono de voz.

Abro paréntesis, es muy común ver que parejas que ingresan a este mundo del despertar de conciencia se separan porque ya no vibran en la misma frecuencia. Todo bien, pero en mi experiencia, el ver con amor a mi esposo hizo que amara mi parte aun no despierta que cada vez despierta más. Mientras más amo mi sombra, más lo amo a él, cierro paréntesis.

La consecuencia  de haber solucionado el problema que me aquejaba fue que me diera dolor de cabeza, auch. Cuando descifré porque me dio el dolor, este fue desapareciendo, chau dolor, gracias por reparar mi cuerpo.

Me queda recordar que cuando lleguen momentos de confusión solo quedará mirar alrededor para ver que estoy reflejando, la repuesta siempre estará allí y si la veo con amor y confianza en la vida todo será más fácil.



La frecuencia más alta es el amor

Cuando estás inundado de amor, no hay cabida para el  miedo.

¿Qué es el amor? Desde ya te puedo decir que no es eso romántico que te imaginas.
En mi experiencia, amor es mirar a los ojos de las personas y encontrar su grandeza, su ser divino, es encontrarme a mí en el otro. Es un estado de serenidad por cada minuto vivido. SENTIR todo lo que está pasando en este momento, en este momento, en este momento… Amar es vivir en el eterno presente.

Cuando estamos en este estado nuestra frecuencia vibratoria es altísima. Cuando nuestra frecuencia es Amor, todo lo que sea amor llega a nosotros.

¿Te preguntas porque todo lo malo te pasa? Revisa tus pensamientos y me cuentas. ¿Qué estás pensando a diario? Eso es lo que estás creando. ¿Qué es lo primero que haces al despertar? ¿Agradeces o refunfuñas por lo que “tienes que hacer”?

¿Cuáles son tus conversaciones con amigos y familiares? ¿Te quejas del clima? ¿Hablas de otras personas a sus espaldas? ¿Te quejas de la inseguridad de tu ciudad? ¿Andas pensando que tus hijos se van a caer, enfermar o accidentar? ¿Andas preocupada por las cuentas y no tener dinero para pagarlas?

Todo esto lo pensaba yo ¿y que creen? ¡Lo creé! Todo  me ocurrió porque SIEMPRE TENEMOS LA RAZÓN.

Esta frase me abrió la mente. Si siempre tengo la razón pues empezaré a decir cosas que me beneficien. Todo ok pero algo dentro de mí no creía lo que mi boca decía, entonces si el problema está en lo que pienso pues tendré que cambiar lo que pienso ¿y cómo hago eso? Pues prográmate, hay diferentes cursos, talleres y lugares que te pueden ayudar. Hoy en día la información está abierta a todo aquel que quiera saber. Basta con que quieras, “cuando el alumno está preparado, el maestro aparece”

Muchos creen que lo contrario al Amor es el odio pero eso es inexacto. Lo contrario al Amor es el miedo. El miedo te hace hacer cosas que no relacionas con él. El  miedo te hace sentir celos, el miedo te hace golpear a otro ser humano, el miedo te hace menospreciar a los demás, el miedo te hace engañar. La frecuencia del miedo es baja y cuando estás en esa frecuencia pues todo lo que tenga baja frecuencia se te pega.  Me ha costado entender este punto pero mientras más ahondo en estos temas más comprendo como opera la vida.


El hubiera ya murió

Las madres siempre quieren lo mejor para sus hijos, eso implica que cualquier candidato a enamorado, novio o esposo jamás será el adecuado a no ser que cumpla desde el principio con los requisitos tan trillados como guapo, alto y con dinero.

Esto le ha pasado a muchas madres que conozco y obviamente he presenciado la decepción que han sufrido. Alguna vez escuché decir a Pilar Sordo que vivimos esperando lo perfecto, pero como no sabemos cómo es lo perfecto siempre vivimos inconformes.

Durante años escuché decir a mi familia que en vez de casarme con mi esposo me hubiera casado con otro, que en vez de haber salido embarazada hubiera hecho otra cosa y bla, bla, bla.

Por mucho tiempo creí que mi familia tenía razón y vivía apesadumbrada, inconforme conmigo misma por no haber hecho lo que mi familia esperaba. No hay peor forma de cortarle las alas a una persona, hacerla sentir chiquita y falta de confianza en sí misma que tener una familia que te susurra todo el tiempo que debiste hacer las cosas de diferente manera.
Suena fuerte lo que voy a decir (últimamente digo cosas fuertes) pero la familia es la mayor carga emocional que tenemos.

Hoy, sabiendo que todo lo que atraemos a nuestra vida es porque están en nuestra misma vibración, entiendo que todo es perfecto y que todo me sirve de espejo para decirme que debo mejorar.  
Toda mi vida ha sido perfecta, todo pasó como tenía que pasar, evolucioné en mi camino con cada una de las cosas que me pasaron, con los buenos tiempos y con los no tanto.

Las personas con  las que me topé estaban en mi misma vibración y coincidimos, si sentí que me “habían hecho algo malo”, en realidad se lo habrían hecho a cualquiera pero yo estaba cerca y en la misma baja vibración. Esta es la explicación por la que no debemos tomarnos nada personal.

Hoy fui a la playa y mientras contemplaba el mar en una meditación profunda y silenciosa mi vista se posó en mi esposo y mi hijo pequeño. El ver como jugaban en la arena, luego en el mar, el ver como mi hijo es feliz y no teme meterse hasta el fondo del mar porque está con su papá me confirma que mi esposo es quien elegí desde antes de nacer, él me complementaría para que logre mi propósito de vida. Hemos estado en la misma vibración a lo largo de los años.

Así que  todo lo que me pasó fue perfecto, todo lo que me está pasando es perfecto.
Quitemos de nuestras frases el “hubiera”: “Si hubiera hecho eso o aquello” “Si farfán hubiera metido ese primer gol” “Si hubiera tomado otra decisión” “Si hubiera ganado Keiko”. El hubiera ya murió.


La relación con mi hijo adolescente

Hace 17 años mi enamorado y yo quedamos embarazados, yo tenía 19 y él 23 años. Sentí que el mundo se paralizaba, mi padre me mataría (es un decir). Estaba trabajando pero aún vivía en casa de mis padres y mi enamorado no era precisamente un hombre de dinero (en ese tiempo pensaba que todo lo arreglaba el dinero).

Decidimos casarnos. 17 años después me doy cuenta que tal decisión fue basada en el que dirán y no en lo que quería realmente. “Los hijos deben nacer dentro del matrimonio”. Nos fuimos a vivir a la casa de mis padres y como ocurre normalmente, no  me dejaron criar a mi hijo a mi forma. Finalmente dejé que lo criaran y no me ocupé demasiado.

A los 5 años decidí separarme de mi esposo y quedé bajo el cuidado de un niño que extrañaba a su padre y siempre sacaba cara por él en vez de estar  de mi lado (observen mi posición de víctima “porque no estás de mi lado si yo te doy todo y tu padre nada”)

Todo este preámbulo es para ponerlos en contexto. Hoy mi hijo tiene 16 años, es un joven educado y tranquilo, no sale a la calle, es tímido y como adolescente tiene muchas inseguridades con respecto a todo. Se apoya en mí y conversamos como amigos. Ah! Un dato importante: luego de 5 años de separación regresé con mi esposo y hoy formamos una familia feliz, no como antes, sino como nunca.
A pesar de lo tranquila que  me puedo sentir al tener un hijo como él, en nuestras conversaciones he observado que tiene muchos sentimientos negativos hacia nosotros sus padres. Yo pensaba que era parte de la adolescencia pero luego de hacer un trabajo interno en mi persona me doy cuenta que todos cargamos a cuestas los resentimientos hacia nuestros padres por lo que hicieron, por lo que no hicieron, por lo que dijeron, por lo que no dijeron, porque me miro así y no asá.

Antes yo me culpaba por lo que le había “hecho pasar” y él sabía manipular muy bien esa situación. Hoy en día me siento libre de culpas y le cuento como vivo la experiencia de haber soltado a mis padres, de cómo vivo sintiéndome protegida y aceptada (contrariamente a como me sentía antes: abandonada y rechazada). Él me mira con incredulidad pero yo sé que todo lo que digo se queda en su inconsciente.

Hace unos días conversamos en el auto y me dijo desde el asiento de atrás (no le veía la cara): “Espero tener 18 años para estudiar, trabajar e irme de casa porque me canso de tener que cuidarlos y me dan cólera” Noten cada una de sus palabras.

1.       Yo no era consciente que el sentía que nos “cuidaba”. Al preguntarle me dice que teme que cuando su padre y yo discutimos terminemos separándonos (como hace años) y “hagamos” sufrir a su hermano menor (mi pequeño de 3 años) como él sufrió.

2.       Quiere irse de casa para no tener que presenciar nuestra rutina familiar y no sentirse ansioso por cualquier discordancia de pensamiento entre su padre y yo. Él piensa que cualquier conversación que tenemos es una discusión y puede terminar en lo peor (separación)

La respuesta que le di fue la siguiente, partiendo desde la base del despertar de conciencia, a  algunos les puede sonar egoísta pero créanme que siento que le he dado la lección más importante de su vida, si me la hubieran dado a mí, no habría tenido que pasar por 36 años de creer que todos estaban en mi contra:
“Hijo, que bueno que expreses lo que sientes y dime ¿de dónde crees que viene eso que sientes?
“Desde que se separaron”
“Hijo, estoy estudiando el inconsciente y sé que este es atemporal, es decir que tu inconsciente cree que todavía seguimos separados.  Yo no puedo hacer que lo olvides ni siquiera cambiando mi forma de ser, porque el problema está fuera de mí, la cosa es como ves la situación. Así te vayas de casa, en tu interior quedarán las emociones que sientes hoy y probablemente nada cambie. Si realmente quieres librarte de esos pensamientos, existen otras formas aparte de huir de la escena. Existe la posibilidad que mires lo bueno que salió de todo eso, tú eres un joven responsable, serio e independiente, no te amilanas ante nada porque de peores situaciones has salido airoso, esto te permite ver la situación desde otra perspectiva. Ya me liberé de esos pensamientos que me cargaban, ahora todo está en ti”

Se quedó callado y al día siguiente me dijo: “he pensado que haré lo que mi interior me diga, no lo que me quieres inculcar”. Bueno, ya está en él. Todo tranquilo.
“Ah, además he soñado algo: Soñé que mi hermano y yo nadábamos en el mar y de pronto estábamos en un cubículo de  cristal y veíamos a delfines nadar alrededor de nosotros, fue lindo
No voy a interpretar el sueño de mi hijo porque tendrán diferentes opiniones, pero cuando leí el probable significado, lo miré y sonreí. Me queda llenarlo de amor para que ilumine a sus amigos, a la familia que formará, al mundo. Los hijos no hacen lo que les decimos, sino lo que ven que hacemos.


Gente nueva, Cosas nuevas

Recuerdo que tiempo atrás me costaba asistir a lugares nuevos, conocer nuevas personas, me enfermaba el hecho de tener que hablarles. El miedo radicaba en no querer ser rechazada, juzgada, mirada. Esto lo he identificado ahora, antes pensaba que era porque así era yo pues, no había nada más que hacer.

Con el tiempo mejoré eso pero lo hacía de manera forzada. Me podían ver hablando en público, sonriendo a gente nueva pero siempre con el miedo adentro y al acabar decir un ¡uf!
Alguna vez les dije a mis compañeros de trabajo que tenía pánico escénico. Todos me quedaron mirando extrañados pues yo, la que daba capacitaciones, la que fungía de maestro de ceremonias y la chacotera del área no podía tener pánico escénico. Les expliqué que el que me vieran hacerlo no significaba que no tuviera miedo, solo que lo enfrentaba, por eso terminaba sudando, por el esfuerzo.

Hoy gracias al trabajo que he hecho en mi persona puedo decir que el miedo cada vez se esfuma más. No les voy a decir que se extinguió porque día a día caigo en cuenta que me dan miedo cosas que ni me acordaba y allí empieza el trabajo interno.

Esta semana tuve la oportunidad de conocer gente nueva y resultó una experiencia maravillosa. Mujeres que tenían los mismos miedos, diferentes formas de ver la vida pero que se asemejaban a las que yo he tenido a lo largo de mi vida.

También me reúno o llamo a amigos y familia que no veo desde hace tiempo y todo esto me ayuda muchísimo. Con cada uno enfrento pensamientos que tenía del pasado y los cambio con amor. La vi da es maravillosa porque me permite cambiar todos los paradigmas que tenía de cada una de esas personas, se me cae el personaje que tenía de ellos.

Hacer cosas nuevas también ha sido un desafío para mí pero gracias a que primero trabajé la confianza en mí misma todo ha sido más fácil.

Antes no me imaginaba hacer lo que ahora hago, pero hay una frase que siempre leía y por miedo no le quería encontrar sentido: “Si sigues haciendo más de lo mismo, obtendrás  los mismos  resultados”
No me veía haciendo algo diferente a lo que había hecho durante casi 20 años, me paralizaba de miedo y me sentía mal del estómago. Todo es biológico.

Actualmente para mi cada día es una aventura, ando de un lado para otro, distrito en distrito, conozco gente nueva y se me presentan oportunidades que jamás pensé.

Y justo antes de acabar de escribir este post recibo la llamada de una amiga que no veía hace años y dentro de la conversación me dice: “la vida de un independiente es difícil al principio pero después todo fluye” y eso lo sé ahora, caminando el camino pero con la confianza de mi lado, sin ella estaría extrañando mi vida pasada, y no es así.


Vivir en incertidumbre

Si tenemos un niño en casa, menor de 6 años, tenemos al mejor maestro para ser feliz. ¿Cómo así? me dirán. Yo sé que en muchas familias la voz de los niños no importa, es más, creen que los adultos siempre tienen la razón, pero vamos…no siempre tenemos la razón.

Ya lo dijo Jesús (léase que no tengo religión, me apasiona la espiritualidad): “Solo entrarán al reino de los cielos los que sean como niños”

¿Y qué es ser niños? Observemos a nuestros hijos o sobrinos menores de 6 años. Son felices  por un día soleado, se emocionan por ir al parque de la vuelta, saltan de alegría cuando consiguen que papi o mami les compre lo que pidieron del mostrador, te besan o dicen que te quieren en cualquier momento sin que haya motivo.

Ahora imaginémonos siendo niños.
“¿Voy a salir contento de mi casa porque salió el sol? Pero si ni siquiera lo voy a disfrutar, estaré encerrado en la oficina de 09: a 06:00”
“¿Por qué me voy a emocionar yendo al parque? Hasta me pueden robar.”
“¿Voy a saltar de alegría por comprarme algo que me merezco, por algo trabajo no?”
“Si beso a alguien sin motivo aparente pensará que quiero algo de ella.”

Ahora pensemos en la loca idea que existen múltiples posibilidades para cada una de las situaciones descritas.
Que tal si dejas abierta la posibilidad que cuando llegues a la oficina se haya cortado el fluido eléctrico y te regresen a casa o que te envíen a una reunión con gente agradable en un restaurante de la costa verde. ¿Por qué no podría pasar eso?
O si besas a alguien sin motivo, esa persona te dijera que estaba pasando un mal momento y con tu beso le has devuelto la esperanza, que siente que es importante para alguien. Le cambias la vida a esa persona, tendrás un amigo, un aliado de por vida.
Los niños viven en incertidumbre, no saben lo que pasará por lo tanto viven entusiastas esperando. No se llenan de miedo contándose a sí mismos: “ya se lo que pasará, para que me molesto.”
Esa incertidumbre es la que nos debemos copiar de los niños. “Melit estás loca, yo necesito tener certeza de todo lo que me pasa o haré”

Yo también necesitaba certeza y ¿cuál era la única certeza que tenía? Pues la que había vivido, es decir no me daba la oportunidad de experimentar cosas nuevas porque no tenía certeza de ellas entonces estaba condenada a seguir viviendo como hasta ese momento.
Nuestro ego no nos permite ver más allá, te mantiene en tu zona de confort así estés harto de hacer lo que haces. “Pero yo no estoy harto”

Pregunto: ¿te fastidia el tráfico que encuentras mientras te diriges a la chamba?, ¿te fastidian los lunes? ¿te alegras solo los viernes porque es fin de semana y tu cuerpo lo sabe? Te comento amigo, amiga, hermano, hermana, que estás harto de lo que haces. Cuando uno es feliz lo que ocurra a tu alrededor no impacta tu estado de ánimo.

Vivir en incertidumbre es una posibilidad, no me creas si no te resuena, pero si te resuena únete, cada vez somos más, el universo abre caminos cuando dejas que entren nuevas ideas y nuevas emociones.

Para terminar quiero explicar ¿Qué es el reino de los cielos?
Cielo=paraíso=felicidad=paz=tu interior
El cielo está en ti.

Viví muchos años pensando que existía un cielo arriba y un infierno abajo. Que llegaría Jesús y nos salvaría. Hoy sé que cualquier cambio en mi vida lo tengo que generar yo, no llegará el cambio de era si nosotros no cambiamos. Está en nuestras manos. Gracias a Dios conozco más gente en esta misma onda, es la energía que atrae.  

El poder está en mi

A principios de año mi esposo y yo abrimos una joyería. Él es joyero con experiencia y yo tenía los contactos. Al principio la familia y los amigos te apoyan, te visitan por la novedad. Nos fue muy bien en los primeros meses.

Habiendo cumplido 6 meses las cosas empezaron a ponerse color de hormiga. Mi esposo se encargaba de los gastos del día y no teníamos otra fuente de ingresos fuera de mi sueldo que era para pagar los gastos grandes del hogar.

Todo comenzó a escasear en mi casa y llegó el  momento de poner prioridades. O viajábamos en Metropolitano o en bus, o compramos materiales para el colegio de mi hijo mayor o la leche de mi hijo menor, hasta ese punto llegamos.

Cuando toda parecía derrumbarse, me cesan del trabajo donde estaba y contrariamente a sentirme devastada, mis ojos se llenaron de lágrimas de alegría porque eso era lo que estaba deseando, dinero para repotenciar y empezar con inteligencia emocional y financiera.

¿Por qué inteligencia emocional? Porque uno debe estar preparado para enfrentar estas situaciones desde el ámbito emocional. Mi esposo y yo no lo estábamos.

Decidí invertir en lo que más dinero me daría, mi mente. Hay una frase que escuché a algún emprendedor: “Invierte en tu mente y luego tu mente  llenará tus bolsillos” nada más cierto.
El temor a la pérdida de dinero, al rechazo o a que te digan que “no” la tienen la mayoría de personas (esto es una generalidad pero tengo que decirla para explicar mi punto) y está grabado en nuestro inconsciente, por ello nos paralizamos cuando decidimos emprender.

Ante esto, decidí reprogramar mi mente. No es que se me ocurrió de la noche a la mañana. Yo ya venía investigando del tema en videos de grandes emprendedores como Robert Kiyosaky, Tony Robbins, Bill Farley pero los cursos que te preparaban en Programación Neurolingüística eran caros para mí en ese momento.

Me inscribí en varios cursos, no solo en el de PNL, porque sentía que mis miedos eran tan grandes que mi trabajo interno tenía que ser poderoso.
Cuando empiezo a asistir al curso de PNL, bastaron 2 días de intensa actividad para mi mente para que las cosas empezaran a suceder. Todo lo que genera tu mente es producto de tu estado de conciencia, si cambias este estado generaras nuevas cosas.

Créanme que antes de asistir al curso me decía internamente, “si me ofrecen trabajo en otra empresa, aceptaré y haré las 2 cosas a la vez” pero me lo decía por el miedo a no poder subsistir.

Cuando terminó mi primera semana de entrenamiento mi mente había cambiado. Entendí perfectamente una frase que había leído hace tiempo: “El que no sabe para dónde va, no llega a ningún lado” Nunca en mi vida había tenido tan claras mis ideas, era como una luz blanca y limpia que iluminaba mi mente. Ya sé lo que quiero: Voy a ser coach ontológica, voy a ayudar a personas a encontrar su propósito de vida. Con esta aceptación de mi misma las cosas empezaron a suceder. Los ingresos en mi negocio empezaron a llegar, se presentó la oportunidad de comprar un auto para generar ingresos para la familia a un precio perfecto, se me presentaron personas que me ofrecían dar conferencias sobre el tema de espiritualidad, buena salud y demás.

Las ideas para mi negocio empezaron a brotar a borbotones y la gente empezó a llegar a mi local.
Otra frase que recuerdo de mis días en que escuchaba audiolibros todo el día mientras estaba en la oficina es: “No te etiquetes siendo una sola cosa en tu vida, puedes ser lo que quieras a la misma vez” Interioricé esta frase y hoy encuentro por donde voy nuevas oportunidades y si resuenan conmigo son bienvenidas. No solo me dedico a la joyería, mi esposo es un excelente aliado, ahora veo negocios por otro lado y siempre que se alineen con mi forma de pensar pondré mi intención en ellas, porque depende solo de mí que mis negocios funcionen, incluso en crisis, incluso cuando todos digan que no, solo basta que yo me la crea porque el poder está en mi.